Concejal Humanista por Quilicura
Desde muy temprana infancia me interesé por la vida y su defensa, por disfrutar de la posibilidad de elegir y la potencialidad del ser.
Actualmente trabajo como educador de trato directo. Es decir que intento transformar las creencias de los jóvenes imputados bajo la nueva ley de responsabilidad penal adolescente.
Pero - y aunque es penoso decirlo - los delincuentes más peligrosos son los que poseen el poder. No solo me refiero al poder económico-militar, sino al religioso, el político y social. Desde la mujer y los niños abusados hasta el drogadicto que vive en la más bárbara ostentación, e incluso aquellos que darían su vida por cambiar el estado de las cosas, todos, todos estamos sumidos en esta crisis de violencia.
Prueba de ello no sólo son los manipulados índices de delincuencia, la cantidad de guerras y guerrillas alrededor del mundo, tampoco el mercadeo que se realiza con los sentimientos y la figura de la mujer, o las mentiras en torno al tema de Dios; sino que más aún: el tratar a cada ser humano como un producto de consumo personal, según mis apetencias.
Tratando de encontrar respuestas a este mundo tan bello y deshumanizado, ingresé a estudiar Ciencias Físicas en la Universidad de Chile. Carrera que no pude terminar cuando la depresión me llevó a los extremos del alcoholismo, la drogadicción y el suicidio, luego del trágico accidente automotriz en que la muerte abrazó a mi madre; un mes después de la dolorosa partida de mi padre, producto de un cáncer terminal.
Un día decidí vivir. Decidí que si viviría tendría que ser con la frente en alto, realizando los mejores sueños que han nutrido mis esperanzas y alegrías.
Es por eso que esta posibilidad de hacer aportes reales, es la prueba bajo la cual podré decir a mis hijos, a mi compañera y a mis padres, que he vivido como un hombre digno: oponiéndome al temor, saltando por encima de mi sufrimiento, para ayudar a otros.
Confieso que esta es una manera de reírme del ego de los políticos, y del sistema en general; pero también una forma real de unir las fuerzas de todos aquellos que quieren un mundo distinto.
No haré las promesas que todos los bandos realizan, pues no quiero mentir, pues quiero llegar intacto al final del camino y, con Fuerza en el corazón, decir a Dios: “dame otra oportunidad para escribir poesía, para ver la alegría del hombre, para ver la luz del amanecer”.
No vengo a pedir ningún voto, solo vengo a decir que somos muchos los que estamos aquí.
Para todos Paz, Fuerza y Alegría.
En Quilicura:
Cristhian R. Díaz de la Vega Gallardo
Candidato a Concejal (Partido Humanista)
TRABAJANDO A DIARIO POR UN MUNDO MEJOR
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